Mis bullas

Mis bullas son la mesa grande de mis ratos

libo la soledad sin irónicos rezos

irreverentes como los carnavales de verano

bailo cada cielo mío

arrullando todos los anhelos

son ecos entrañables de viejas voces

brujerías de la luna besando el mar

son fuegos ardiendo las pasiones

agitados rojos de mis rincones

vericuetos del horizonte revelando mi casa

acoderando fielmente en los puertos del mañana

irrigando afectuosamente los surcos del alma

eternidad paterna del refugio

mansedumbre del tiempo

pernoctando el reposo del silencio.

Se esconden en el pináculo de las montañas

miran de frente a los ojos de las rocas

aspiran toda esencia de la luz

son felices con la calidez de los arboles

desafían la santidad caliente de los desiertos

aman caminando  cada grano de las arenas

se conmueven con el oasis de los colores

se enamoran de cada pétalo de las flores

se purifican con cada lagrima del sol.

Mis bullas tienen un nido sin horas

la juventud ingenua de los picaflores

los brincos atrevidos de las estrellas

la esquina cantando cada beso robado

las confesiones sagradas de las sombras

ofreciendo sus brazos al abandono

dulcificando las manos del adiós

atavían la ingenuidad de las creencias

aplauden la rebeldía de los sueños

son las melancolías del arcano

perfumando cada huerto del universo

penetran cada entraña del barro

esculpen la risueña esperanza

libres como las aves dignas de la lluvia

honrando el esfuerzo humano.

Hay en mis bullas la melodía del rocío

la sonrisa serena del albedrío

los lagartos ojos de los instantes

la piel errante de la lejanía

la paz de los girasoles asilando la brisa

los ocultos misterios de las nubes

los cantos luminosos de las noches

los labios curtidos de los suspiros

es un niño jubiloso silbando la vida.

Published by Enrique Horna

Poeta. Fundador de Trilce.

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